jueves, 7 de junio de 2007

Aquí no hay quien viva

"Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación".

De acuerdo, todos tenemos derecho a una vivienda digna pero ¿qué entendemos por digna? Una vivienda de 40 metros cuadrados es una vivienda digna, en cualquier capital grande hoy en día, para una o dos personas, al menos, digo digna ateniéndome al precio. Porque para mí una vivienda digna debe de ser una en la que una persona tenga suficiente espacio para vivir cómodamente, disfrutar de su tiempo de ocio, convivir con sus compañeros de vivienda, sean familiares o amigos, disfrutando de la suficiente intimidad y autonomía, y no un cuarto para dormir entre jornadas laborales. Pero la situación social y económica, como en muchos otros apartados, parece buscar un trabajador eficaz y eficiente, una vivienda en la que pueda dormir y comer es suficiente, el ocio y la cultura son un lujo y no tienen por qué estar garantizados para los ciudadanos, así que las viviendas no necesitan espacio para ocio ni cultura.

Y digo todo esto porque precisamente yo soy una de tantas esas personas que han tenido que aceptar esos 40 metros cuadrados, una de tantas que se ha decidido a pasarse la vida pagando una hipoteca y disfrutarla a guisa de plan de pensiones en la vejez. Una de tantas que se ha decidido por esos 40 metros cuadrados después de pasar por decenas de sorteos de viviendas de protección oficial (VPO) en mi ciudad, Sevilla, y terminar avergonzada cada vez que llegan a mis oídos ‘empujoncitos’ por parte de los poderes públicos para ciertos afortunados amigos de... conocidos de.. ¿Cómo se ha permitido que lleguemos a esta situación cuando no hace tanto la duración de las hipotecas era de menos de la mitad?

domingo, 20 de mayo de 2007

El 27M de los políticos

Asistimos esta semana al sprint final de la carrera por el voto, siete días restan para que nuestros políticos lleguen a la meta, a su particular meta. Y mientras tanto, a nosotros, a los ciudadanos de a pie, nos toca contemplar una campaña política en la que la evolución y el progreso de nuestra ciudad no se convierten, como debiera, en los protagonistas de la misma. En su lugar, informativos, diarios, mítines, propaganda electoral... inundan nuestras cabezas de confrontación política, fabricando una crispación que frena el desarrollo de una ciudad como Sevilla deseosa de la llegada de ‘alguien’ que nos busque de la ‘silla’ el poder, sino que haga de ella la herramienta desde la que afianzar el progreso en materia económica, política y social.

Porque estamos cansados de eslóganes fáciles. Del ‘Haremos más’ de Monteseirín. Del ‘Te quiero Sevilla’ de Zoido. Del ‘Aire para Sevilla’ de Villar. Y del ‘Gobierna Sevilla’ de Torrijos. Porque no queremos más polémicas y riñas en directo, reproches e insultos. Queremos ideas. Queremos una Sevilla de los sevillanos y para los sevillanos. Queremos resolver problemas ya tradicionales en nuestra lista como la educación, la sanidad y la vivienda, pero también queremos organizar el tráfico y poner fin a la inseguridad ciudadana.

Señores políticos, déjenos en paz si no es para oir palabras nuevas, ideas, proyectos, soluciones.

martes, 15 de mayo de 2007

Sevilla, entre el caos y la resignación

Sevilla. Puente del V Centenario. Ocho y media de la tarde. Un día cualquiera. Tráfico, caos, resignación. Este es el panorama al que diariamente tenemos que enfrentarnos los sevillanitos de a pie. Esos que se levantan por la mañana para ir a trabajar y‘pillan’ su coche para afrontar una dura jornada laboral, deseosos de regresar a casa con su familia, sus hijos. Pero no sin ello pasar antes por el pan nuestro de cada día: el tráfico.

Hace días escuchaba al alcalde de nuestra ciudad, Alfredo Sánchez Monteseirín, durante el transcurso de una entrevista en la televisión de su partido, que "la gente está satisfecha que es lo importante, la gente ha valorado, los ciudadanos de Sevilla han valorado, el esfuerzo realizado a lo largo de estos años". Tiene usted razón, señor alcalde. Los sevillanos estamos más que satisfechos de que después de ocho años con usted en la silla, la mejor ciudad del mundo se haya convertido en la más incómoda. ¿Cómo no estar satisfechos? Sevilla no tiene metro, es imposible aparcar, la doble fila toma nuestras calles mientras un coche ponemultas que costó al Ayuntamiento 72.000 euros se encuentra aparcado en la Isla de la Cartuja, mientras que los atascos son diarios en cualquier punto de la ciudad y a cualquier hora.

‘Cumplimos’. Así reza el lema de la campaña del PSOE para las próximas elecciones municipales. El alcalde prometió que nos montaríamos en el Metro en verano del 2006... prometió tolerancia 0 con la doble fila y un coche ponemultas contra los infractores... prometió un plan director con 18 aparcamientos para residentes en los barrios: el alcalde de estos 18 ha hecho 0. ‘Haremos más’, dice también la campaña socialista. Señor alcalde, a estas alturas, y teniendo en cuenta con los últimos sondeos hechos públicos, nos conformamos con que cumpla lo anteriormente prometido.